jueves, 4 de enero de 2007

 

listening: Joan Sebastian[Secreto de amor]

"Me consta que han abundado los sabios que han insistido en que las normas de la Torah ― al menos algunas ― no son buenas ni malas, pero que deben ser obedecidas en cualquier caso porque así lo ha dispuesto el Todopoderoso Adonai. Sin embargo, intentando simplificar aquella enseñanza, no para quitarle fuerza sino para convertirla en comprensible para mis hermanos de Israel, descubrí que era absolutamente sana y provechosa y que sin ella ni siquiera los goyim podrían perpetuarse como pueblo.

Me di cuenta de aquello precisamente una tarde, es decir, durante el tiempo del día que dedicaba a estudiar, tras haber reservado la mañana para escribir. Revisaba las normas que Adonai había dado a Moisés relativas al uso del cuerpo. Un libertino, un hedonista, incluso alguno que simplemente deseara otorgar el mayor campo de acción a los deseos de la carne, seguramente encontraría aquellas líneas en las que el mismo Dios había ordenado a Israel que no solo se abstuviera del adulterio ― ¿Qué nación podría contemplar con benevolencia el adulterio? ― sino que además le había señalado tajantemente que no podían ayuntarse los hombres con los hombres, ni las mujeres con las mujeres. ¿Quién hubiera podido discutir la sabiduría de esa medida sabiendo que tales uniones son contrarias a la naturaleza y, precisamente por ello, esta las ha castigado convirtiéndolas en estériles?

Lo mismo podía decirse de la prohibición de deshacerse de los niños no queridos. Es verdad que los
goyim ― salvo aquellos que creen en el Ha-Nostri, todo hay que decirlo ― consideran que es un derecho que tienen y que, de la misma manera que tiran un animal enfermo o un mueble roto, pueden también abandonar a un niño o provocar un aborto en la embarazada. Pero, realmente, ¿Qué nación puede sobrevivir si esta dispuesta a desprenderse, siquiera en parte, de sus retoños que son sin duda, lo mas importante?"

proximamente Juan Garza y otra del Dr Flores

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